En el verano de 2005 Marian Garrantxo Méndez daba unos pasitos más en su, hasta entonces, prometedora trayectoria en las pruebas de velocidad. En los Mundiales sub-17 de Marrakech rebajaba su marca en los 100 hasta 12.02. Antes de viajar a Marruecos había corrido los 200 en 24.81, en Anoeta.
A partir de entonces, Marian ha visto como ese organismo privilegiado sufría desajustes metabólicos que la alejaban de la competición.
Dejar de hacer algo que te gusta y para lo que estás bien dotada, es duro. Y lo es más si esas malas noticias te llegan, ¡zas!, de un día para otro, antes de doblar la esquina de tus 16 años.
Sólo con su fuerza de voluntad y el apoyo y la comprensión de sus padres ha logrado Marian seguir entrenando, sin saber si algún día iba a verse de nuevo en los tacos con un dorsal en su camiseta.
Durante estos cuatro años se ha agarrado a su pasado efímero y a su futuro incierto, contra un día a día hostil. Cumpliendo en los entrenamientos, adelante con sus estudios de acordeón y con los de Magisterio. Plantando cara a todas y cada una de las obligaciones de la vida.
Muchos otros lo hubieran dejado, la hija de Juanjo y Mari Carmen ha seguido ahí. Contra los ¿por qué a mí? y los ¿para qué me ha de servir?.
El domingo 26, en Lleida corrió los 200 en 24.89 ( +2.2) Sin gran oposición. Tan de mañana y en Abril, cuando la temporada no hace sino empezar, Marian Garrantxo vuelve por donde solía.
Para rematar la faena, el cuarteto del Bidasoa al que aportó su esfuerzo generoso ganaba el 4x400 y rebajaba en segundo y medio el record del club.
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